domingo, 4 de abril de 2010

Lynsay Sands


Juego de gemelas
La primera vez que Charlie y su hermana gemela Elizabeth se toparon con Lord Jeremy William Radcliffe, estaban huyendo de su tío. Pero Charlie no puso las cosas fáciles y cuando estaban saltando por la ventana, en vez de caer sobre sus pies en el suelo, cayó directamente sobre el apuiesto noble. Pero eso no fue todo, sino que Lord Radcliffe insistió en mantenerlos a salvo a "él" y su hermana.
¿Cómo conseguía hacer que sus piernas temblasen?
Con cada roce, Radcliffe, inconscientemente, incitaba los deseos más indecentes en Charlie y sus acercamientos fraternales hacían que el corazón del "muchacho" latiera de manera incontrolable. Y, aunque haberse disfrazado de un joven fuera muy divertido, estaba convencida de que como mujer se lo pasaría aún mejor. Y, después de una cálida caricia de sus labios, Charlie se juró a sí misma que no volvería nunca más a ser un hombre.

Dulce venganza
La vida de su hermano corre un serio peligro. Y, mientras es capturada por una banda de escoceses con el aspecto más salvaje y peligroso que jamás haya visto, Kyla se tendrá que enfrentar a un apuesto y musculoso guerrero. Pero, aunque el atractivo Galen MacDonald la secuestre y se case con ella, regresará para destruir a sus enemigos. ¿Conseguirá que ese fiero guerrero sea su aliado?
El Laird escocés siempre ha dicho que la más dulce de las venganzas nunca se sirve en plato frío. Esta noche, ella descubrirá si él tiene razón.
La esposa del Laird Galen MacDonald fue asesinada hace nueve meses por su enemigo, el jefe del clan MacGregor. Cuando Galen se entera que MacGregor planea tomar como novia a una inglesa, decide obtener su venganza robándosela y casándose con ella. Aunque existe la remota posibilidad de que cuando ella se recupere de una herida mortal que ha sufrido en el trayecto quiera cobrarse su propia venganza.


Siempre
Rosamunde, la hija bastarda del Rey Henry, se ha criado en un convento y está más que decidida a hacerse monja.... hasta que su padre aparece con un reticente prometido para que sea su esposo. De la noche a la mañana, Rosamunde se encuentra ante el altar prometiendo amar, honrar y obedecer a Aric.
Teniendo en cuenta la educación recibida por la joven, es más que lógico que no tenga ni idea de qué es lo que se espera de ella en la noche de bodas. Si a esto le sumamos que su única experiencia práctica ha sido ver cómo se aparean los animales en el establo, no es de extrañar que una de sus mayores preocupaciones sea si él le morderá el cuello e intentará montarla de manera ruda en el lecho conyugal. Desde luego, ese musculoso guerrero parece capaz de ejercer esa... pasión animal, aunque sus ojos prometen algo más dulce. Y, muy pronto, Rosamunde aprenderá que, aunque pueda ser difícil cumplir el juramento de obediencia a su esposo, será muy fácil llegar a amarle para siempre.
Aric está más que harto de las mujeres y ha jurado no casarse nunca… hasta que se encuentra con el Rey que le pide que se case con su ilegítima, aunque amada, hija Rosamunde porque su vida corre peligro. Aric sabe que si se niega a cumplir las órdenes del monarca podría perder la vida, así que consiente malhumorado al matrimonio.
Rosamunde está a punto de convertirse en monja… hasta que se encuentra en el altar ante el hombre más atractivo que jamás haya conocido. A partir de ese momento, ambos tendrán que aprender a confiar el uno en el otro si quieren que Rosamunde llegue sana y salva al castillo de su esposo. ¿Podrá este matrimonio por conveniencia hacer que Aric y Rosamunde se amen para siempre?


Lady Pirata
Las circunstancias habían cambiado... y lo habían hecho para peor. Valoree nunca volvería a asumir la identidad de su fallecido hermano y cruzar los océanos con el sobrenombre del "Capitán Red". Nunca volvería a comandar a sus piratas para recobrar los derechos que le correspondían por nacimiento y buscar a los asesinos de su hermano. Ahora, era la heredera del Castillo Ainsley, y ningún albacea entregaría ese magnífico patrimonio a una muchacha pirata soltera y a su infame tripulación —aunque fuera la única descendiente directa. Las condiciones de la sucesión estaban claras, si quería heredar tenía que casarse con un noble... y quedarse embarazada.
En cuanto se entera de las "malas" noticias, la virginal pirata decide volver a los mares, pero la tripulación había sometido el problema a votación —y ella haría cualquier cosa por esos bribones que constituyen su única familia. Así que, a regañadientes, acepta su destino y tendrá que transformarse en una dama elegante y refinada con la ayuda de una prostituta —que hará de su carabina— y su tripulación —que se convertirá en su cortejo de sirvientes.
A pesar de todo, hay algo que tiene muy claro: sólo se casará si encuentra a un hombre de carácter valeroso y que no tenga miedo de una.... Dama Pirata.
Daniel, Lord Thurborne, necesita a una esposa, y Valoree es un soplo de aire fresco y la mujer más inusual que jamás haya conocido. Dispuesto a ayudarla en la búsqueda de un marido, Daniel se verá muy pronto sucumbiendo a los encantos de la muchacha y cayendo en su propia trampa.


Vecinos
El problema tenía que solucionarse. Había pasado demasiado tiempo, y si el Rey volvía a recibir una sola queja más de aquel par de nobles enzarzados iba a volverse loco. Lo que Lady Tiernay necesitaba era... bueno, era una auténtica belleza, pero que Dios pillase confesado al hombre que se casase con la portadora de ese fuerte carácter. En cuanto a Lord Holden, ¿serían falsos los rumores que corrían acerca de su frío corazón? Lo cierto es que el hombre estaba desencantado desde la muerte de su primera esposa.
Lo que Henry tiene que hacer es obligar a esos dos a que se casen y que vayan con sus quejas el uno al otro en vez de meterle a él en medio de todo. Sí, ¡eso es lo que hará! Y, quizás, con un poco de suerte, terminen por tenerse cierto cariño y Lord Holden pueda rehacer su vida con esa nueva esposa...
Sin embargo, sólo Dios sabe lo que puede suceder cuando esos dos enemigos se encuentren frente a frente.
Cuando Lady Helen se entera de que el Rey ha ordenado que se case con su odiado vecino, Lord Hethe Holden, hará todo lo posible evitarlo. Hethe es un guerrero, y no tiene ni idea de qué hacer con una esposa, especialmente con una tan hermosa, aunque terca como una mula y contraria a obedecer a su nuevo marido.
Si ella quiere una guerra, eso es lo que tendrá. Al fin y al cabo, se ha pasado toda la vida batallando y duda mucho que Helen tenga la más mínima posibilidad de vencerle.


La perfecta esposa

Avelyn esperaba que a su futuro esposo le gustasen las cerezas. Pues temía que precisamente eso es lo que iba a parecer en su boda, embutida en un traje de color escarlata —que era el único que le entraba. Seguro que él deseaba a una dulce y sumisa novia, tan pequeña y acicalada como ella pretendía aparentar, sin lograr conseguirlo.
Paen Gerville, después de haber pasado toda su vida como soldado completamente solo, anhelaba una mujer alegre, rellenita, y con un hermoso busto en el que pudiera apoyar su cabeza por las noches. Pero, a simple vista, su nueva esposa no prometía tales placeres... no podía apreciar la forma de su cuerpo y parecía bastante frágil, sobre todo tras haberse desmayado en sus brazos cuando la besó por primera vez. Pero, una vez que la desvistió, se quedó gratamente complacido y, a partir de ese momento, sólo pudo pensar en qué le depararía su noche de bodas con.... La esposa perfecta.


Calamitosa Clarissa
La sociedad londinense a declarado a lady Clarissa Crambray un peligro para la humanidad. Y le han provisto un apodo que ella no desconoce: Calamitosa Clarissa.
Todos están a la expectativa del próximo incidente-accidente que la joven va a provocar. Para su resguardo físico todos dan un paso atrás y alejan todo objeto que se derramable, inflamable, rompible, filoso, puntiagudo o susceptible de causar un accidente.
Adrian Montfort, el conde de Mowbray, sabía que la bella lady Clarissa Crambray podría ser peligrosa. Ella era, en verdad, un desafío. Pero era exactamente el desafío que él necesitaba…
Clarissa siempre había deseado tener un novio, pero su madrastra quería más todavía quería que ella encontrase alguien dispuesto a casarse con ella. Clarissa coincidía con el hecho que los anteojos escondían la belleza de su rostro, pero si ella siguiese el consejo de su madrastra y no los usase, cómo diablos iba a ver a los candidatos?
Ya había causado suficientes desastres con su deficiencia visual y encima se había ganado un apodo infame en los círculos sociales en que se mueve. Todos los posibles pretendientes parecían salir corriendo cuando se acercaban a “La Calamitosa” Clarissa… Hasta que de repente apareció un caballero dispuesto a bailar con ella. Un hombre elegante, atractivo y misterioso… Y Clarissa irá tanteando y tropezando… para encontrar el amor!


La caprichosa
Todo caballero ha escuchado historias sobre lady Murie, pupila y reconocida favorita del rey Eduardo III. Se dice también que el rey ha mimado y consentido a la joven en demasía. A pesar de su necesidad, sir Balan decide que Murie es la última persona con la que desea casarse cuando la ve aullando y sollozando como una malcriada.
Pero no es oro todo lo que reluce, y algunas veces los diamantes pueden parecer muy, pero que muy toscos. Murie no es lo que aparenta y Balan pronto descubre que en verdad sería afortunado de merecer semejante novia. Empero no es el único que vislumbra la verdad, y el otro esperanzado aspirante a esposo no es tan honorable como él. Algo se cuece, pronto llegará la hora de la verdad, el momento de demostrar quién era caballeroso, quién un canalla... y quién ha logrado el amor de un corazón nada caprichoso.

El diablo
Un escape casi seguro...
A pesar de que debería tener en cuenta los rumores, Evelinde de Aumesbery acuerda casarse con un famoso lord escocés para escapar de la tutela de su malvada madrastra. Ella ha conocido la cara amable y bondadosa de él y sabe que estará segura con él.
Un marido de pocas palabras... y una esposa muy inquieta.
Callen, Lord de Donnachaidh, conocía las falsas acusaciones que se murmuraban a sus espaldas, pero no hacía nada para refutarlas. Todo lo que sabía era que tenía que casarse con una dama acorde a su título para que le diese los herederos que necesitaba. Cualquier mujer le serviría siempre y cuando pudiese adaptarse a la vida pacífica que él llevaba. Y Callen piensa que encontró ha esa mujer en Evelinde. Pero ella no es la esposa perfectamente adaptable que él precisaba. Era mucho más.
Evelinde ha escapado a una madrastra malvada, pero debe enfrentar una serie de problemas... un marido de escasas palabras, un toro furioso y tres crímenes sin resolver.


Hecho consumado
Lady Emmalene Eberhart se moría por hacerlo... incluso le había rogado al Rey para que ordenara a su marido que se lo hiciera —porque quería ser una buena esposa. Pero un buen día, se quedó viuda... y seguía siendo tan pura y virginal como lo había sido el día de su boda. Y, de pronto, esta joven e inocente beldad se vio envuelta en una cruenta lucha por obtener el poder feudal, con una sustancial dote y prometida a Amery De Aneford, un caballero sin tierras cuya espada había protegido al Rey —y con un atractivo salvaje que hacía que el corazón de la dama latiera enloquecido.
Y en la noche de bodas, mientras un enemigo galopaba furioso hacia ellos, ambos aprenderán que detrás del hecho de consumar un matrimonio puede haber mucho más.... el amor más magnífico y verdadero con el que jamás hubieran soñado.


La llave
Iliana Wildwood haría cualquier cosa para escaparse del cruel hombre que quiere conseguir sus tierras —incluso casarse con un bárbaro. Huyendo a las Highlands, la casan con Duncan, Laird del Castillo Dunbar. Aunque es cierto que hay algo en ese apuesto guerrero que hace que le tiemblen las rodillas, también hay algo que a Iliana no le huele muy bien en Escocia, y hasta que no descubra qué es ese algo, no confiará en nadie.
Decidida a resistirse a su atractivo marido, Iliana encuentra la manera de mantener a salvo sus secretos. Usando un cinturón de castidad, esta bella y decidida mujer logra frustrar los avances de su particular escocés... hasta que éste cambia sus métodos y comienza un sensual asalto que hace que las intenciones de la dama se esfumen y que el guerrero encuentra la llave para poder llegar al corazón de su esposa.
Para proteger a Lady Iliana Wildwood de su cruel padrastro, el Rey le ofrece un matrimonio de conveniencia con Duncan Dunbar, cuyo padre sólo está interesado en la dote de la mujer.
Cuando Iliana llega a su nuevo hogar se encuentra a Duncan borracho y al castillo hecho un asco. Además, se niega en redondo a consumar su matrimonio con Duncan hasta que éste se bañe. Pero él, como buen escocés apegado a sus tradiciones, dice que sólo se baña dos veces al año.
A partir de aquí, empezará una auténtica guerra de voluntades por ver quién de los dos impone su opinión, especialmente cuando Duncan descubre el cinturón de castidad de su esposa. Y, mientras la atracción que ambos sienten aumenta, también lo hace el olor.... hasta que el escocés empieza a ver que realmente está hiriendo a su mujer. En ese momento tomará el ansiado baño y cambiará sus hábitos de higiene.
Todo parece idílico hasta que los problemas comienzan de nuevo, pero esta vez se trata de algo peor puesto que las traiciones y antiguos enemigos pondrán en peligro sus vidas y tratarán de romper su recién estrenado amor.


La persecución
¡Prefería mil veces irse a un convento!
Vale, esa opción no es muy apetecible, pero la escocesa Seonaid Dunbar —que ha sido educada como un guerrero— prefiere tomar los hábitos antes que tener que matar a Blake Sherwell —que es lo que va a hacer si la obligaban a casarse con él. No... ella no caminará sumisa hacia el altar, ni jurará obediencia a ese hombre al que la Corte inglesa llama "Ángel". El pelo dorado y los ojos azules no demuestran la valentía de ningún hombre. Además, en Inglaterra no existe nada parecido a los ángeles... sólo hay demonios, y existen muchas formas de eludir a un pretendiente venido del infierno, aunque sea el mismísimo Rey Henry el que ha ordenado el matrimonio.
No, la futura condesa de Sherwell no se quedará bordando en el castillo a la espera de que su marido llegue, como Blake piensa que hará. Ella escapará a su fortaleza y preparará su plan de defensa. Espadas y besos... esta guerra requiere todas las armas disponibles y la batalla está a punto de comenzar.
Después de ignorar a su prometida durante más de una década, a Lord Blake Sherwell no le queda más remedio que reclamarla, puesto que ha sido el propio Rey quien se lo ha ordenado. A regañadientes, va al castillo escocés donde reside la muchacha. Pero una vez allí, descubre que ésta se ha fugado a un convento.
La Escocia de finales del S. XIV no es un lugar adecuado para una mujer sola, así que Blake se dispone a seguir a su prometida con el fin de protegerla... y es ahí cuando comienza la aventura. Seonaid —que desde pequeña se ha entrenado en el manejo de la espada gracias a su padre y a su hermano— tratará de despistar tanto a los hombres de su padre como a los de su futuro esposo, con el fin de que no logren alcanzarla antes de que llegue al convento. Pero con esta táctica lo único que consigue es avivar el interés de Blake, que a partir de ese momento se tomará la persecución mucho más en serio de lo que en un principio tenía previsto.
Aqui

SERIE LA FAMILIA ARGENEAU

Vampiro blanco, soltero, busca
Él es Lucern Argeneau, un escritor cuyas novelas se encuadran dentro del género del romance paranormal. Una especie de recluso -ya que no tiene vida social- que odia a las aglomeraciones y a las mujeres agresivas. No le gusta tomar el sol, la comida con sabor a ajo y los símbolos religiosos. En cambio, es un seguidor de todo aquello que está pasado de moda, la comida mejicana, los cuellos suaves y los labios pintados de rojo. Con una fuerza que supera a la de diez hombres juntos, puede desvanecerse en el aire en una fracción de segundo. Actualmente, y sin saber muy bien cómo ni porqué, acaba de encontrar a la mujer con la que podría compartir toda la eternidad.
Ella es Kate C. Leever, la nueva editora de Roundhouse, editorial especializada en novelas románticas. Es una mujer descarada y alegre que recientemente ha descubierto a un autor de éxito que no está interesado en la fama que todo ello le puede reportar. Odia a los escritores tercos y de trato difícil. Actualmente, acaba de conocer al hombre de sus sueños más salvajes.


Mordiscos de amor
Los trescientos años de soltería de Etienne Argeneau están a punto de llegar a su fin... O es ahora o nunca. Los de su raza sólo pueden "convertir" a un humano en vampiro una vez en la vida, y la mayoría lo hacen precisamente cuando encuentran a su alma gemela. Etienne teme equivocarse de chica... pero no tiene opciones: su obligación es convertir a Rachel Garrett. Apenas la conoce, sólo sabe que la muchacha le ha salvado la vida, y que, para salvar la suya, tiene que hacerla inmortal.
Rachel Garrett despierta en lo que parece la mitad de una pesadilla. Todo lo que quería era librarse del turno de noche en la morgue, y ahora se encuentra medio desnuda y en un lugar extrañísimo, del que de repente emerge el amor de su vida ¡saliendo de un ataúd! Y con un brillo en la mirada que delata que han pasado más tiempo juntos de lo que ella es capaz de recordar. Lo único que le queda es esperar que realmente esté tan bueno como parece.


Alto, moreno y hambriento
Terri ha volado desde Inglaterra para ayudar a organizar la boda de su prima Katie. Pero los hoteles de Nueva York cuestan una barbaridad, así que la nueva familia política de Katie le ofrece a Terri hospedaje.
Lo que es innegable, es que son una panda extraña: por un lado está Lucern que, según como se levante, es el más amable del mundo o la persona más amenazante que te puedas encontrar; luego está Vicent, el actor (¿os podéis imaginar a un hambriento Drácula bailando y cantando en un casting de Broadway?); y, finalmente, está Bastien Argeneau —mucho más alto, oscuro y hambriento que los otros dos. Con sólo mirarle a los ojos, Terri tiene que reconocer que está colada por él. El problema es que es precisamente Bastien el que la ha ofrecido alojamiento y, si se queda con él, no serán los precios de los hoteles de Nueva York los que consigan desangrarla.


Mordisco rápido
¿Ese ardiente tipo atado en la cama de Lissianna Argenau? ¡No es el postre... es el plato principal!
Lissianna lleva siglos deseando al pretendiente adecuado, no un bocado rápido, y por el aspecto de este erótico hombre atado a su cama le gustaría que él fuera el candidato.
Aunque hay otro asunto más apremiante: su tendencia a desmayarse ante cualquier signo de sangre... una rareza especialmente molesta para un vampiro. Su madre cree tener la solución pefecta, y le sirve al psicólogo en una bandeja de plata (o más bien en una cama de hierro forjado). Por supuesto que no viene mal que ese psicólogo tenga un delcioso cuello. ¿Qué mujer vampiro tendría la sangre fría para resistirse a beber de ahí?
El doctor Gregory Hewitt se recobra para encontrarse en el dormitorio de una bella desconocida... una hermosa mujer preparada para ofrecerle una intensa noche de pasión.
Pero ¿será posible para el buen doctor descubrir el amor verdadero con una arpía vampira hemofíbica, o simplemente será una buena comida? Esa es lo que se pregunta el doctor Greg deseoso de hundir sus dientes en... si consigue que Lissianna lo muerda.

Un mordisco para recordar
Vincent Argeneau ha tenido que suspender su última producción cinematográfica porque teme que algún miembro del equipo resulte muerto ante la serie de sabotajes que han venido sufriendo: algunos han resultado heridos, otros han abandonado el proyecto, y todos han sido víctimas de una misteriosa anemia. Su primo, Bastien, preocupado por su seguridad, decide enviarle a la detective Jackie Morrisey.
Jackie, harta de los vampiros por una anterior relación con uno de ellos, no quiere saber nada de Vincent, pero ha visto que él está en peligro, así que decide ayudarle. Pero Vincent, al conocer a la bella detective, se ha dado cuenta de que es la compañera que le está predestinada y comenzará un juego de tira y afloja para poder conquistarla.
Sin embargo, todo se complicará cuando Jackie es capturada por el saboteador —que resulta ser un vampiro— y, en su defensa, le muerde accidentalmente la muñeca... comenzando su transformación hacia la inmortalidad.

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